segunda-feira, 22 de outubro de 2007

O casamento hebraico na época anterior e contemporânea a Cristo


Los Esponsales (o Desposorio)
De acuerdo a las costumbres antiguas, la Ceremonia de Esponsales (o Desposorio) se llevaba a cabo un año antes o más, antes de llegar al Día de la Boda. Durante los Esponsales (o Desposorio), las familias de la Novia y el Novio se reunían junto con unas cuantas personas que no eran miembros de la familia y que servirían de testigos. El Novio le entregaba a la Novia un anillo de oro u otro artículo de valor. Y si eran pobres, y esas cosas estaban fuera de su alcance, el novio sencillamente le entregaba a la novia un documento en que le prometia casarse con ella. Entonces el Novio le diría a la Novia, “Mira, por este anillo (o esta señal) tú estás reservada para mí, de acuerdo con la ley de Moisés y de Israel”. Familiares y amigos le entregaban entonces regalos a la Novia. Después de esta ceremonia, la Novia regresaba a la casa de su padre y el Novio regresaba a la suya. La vida continuaba como antes, sin embargo, a partir de aquel día la Novia era ya la esposa legítima del Novio. Fue durante este período de Esponsales o Desposorio que María de Nazaret halló que había concebido un hijo. José, profundamente dolido sin duda, tuvo estas opciones de acuerdo a la ley. Ya que María era su mujer legítima, José podía haber permitido que ella fuese castigada a muerte. (Levítico 20:10), o podía haberle dado carta de divorcio. (Deuteronomio 24:1). La Biblia nos dice que debido a que José era un hombre justo y recto él escogió librar la vida de María. No obstante, él podría haber optado por hacer que ella hubiese sido un ejemplo público de lo que le ocurriría a una mujer desposada descubierta en aparente infidelidad. Pero él prefirió que su impureza se mantuviera en secreto mandándola lejos y luego divorciarse de ella discretamente. Fue en ese momento que un ángel del Señor le aseguró que María había permanecido fiel y que el hijo que esperaba había sido engendrado por el Espíritu Santo. (Mateo 1:18-25) la Procesión Nupcial Un año después, poco más o menos, de haberse celebrado la Ceremonia de Esponsales o Desposorio, la Novia sabía que el Día de la Boda se aproximaba. Sin embargo, ella no estaba segura respecto al día y hora exacta en que su Novio regresaría por ella. Todos estamos familiarizados con el término, “¡Corre, apúrate… espera!” que parece describir la situación de la Novia. Mientras ella observaba su calendario y contaba los días hasta que se completara su Desposorio, ella sabía que el tiempo se iba acercando. La Novia sabía que ella tenía que estar lista para ser “llevada” en cualquier momento, pero no sabía ni el día exacto ni la hora precisa en que el Novio vendría por ella. Ya que de acuerdo a la cultura judía el día comienza al ponerse el sol, el Novio generalmente venía de noche. Muchos meses antes del Día de la Boda, la Novia haría todo lo posible para suavizar su piel y hacer que su pelo brillara. Cuando ella pensara que el Día de la Boda ya estaba próximo, se vestiría de bodas cada día al no estar segura si el Novio vendría por ella ese día o no. Posiblemente su pelo sería trenzado con oro
y perlas. Se le colocaba una corona sobre la cabeza y se le ponían brazaletes y pendientes o zarcillos y se adornaba su cabeza con joyas y piedras preciosas de la familia. Si el padre de la novia era un hombre pobre, entonces ella le pediría prestado a sus amigas cualquier cosa que pudiera hacerla verse más bella. Cuando el padre del Novio comprobaba que todos los preparativos estaban listos, le daba permiso a su hijo para que trajese a su Novia a casa. El Novio
reunía a sus Amigos que lo ayudaban a vestirse con hermosos ropajes perfumados de incienso y mirra. Una corona de oro o una guirnalda de flores era colocada sobre su cabeza a fin de que pudiera tener el aspecto lo más cercano posible a como se vería un Rey. Los amigos en broma y jugando le harían venias como si tratara de un miembro de la realeza. Una banda de músicos o cantores los acompañarían.
Algunos invitados a la Boda estarían esperando a lo largo de la senda que conduciría a la casa de la Novia y se unirían a la procesión nupcial conforme esta fuera pasando. Cuando llegaban a la casa de la Novia, el Novio, sus Amigos y los invitados expresarían su alegría y gozo cantando mientras el Novio “tomaba” a su esposa y se la llevaba sacándola de su casa paterna. Hoy en día, quien presida una ceremonia de boda dirá: “¿Tomas a esta mujer como tu legítima esposa?” Probablemente la parte más emocionante de la ceremonia nupcial es cuando se “toma o recibe” a la novia. Adonde la llevaría el Novio dependía de si este era rico o pobre. Si era rico, probablemente ya tenía un lugar preparado para los dos. Si era pobre, irían a la casa del padre del Novio. La Procesión Nupcial partía de la casa de los padres de la Novia y se dirigía a la casa del Novio, adonde se celebraría el Banquete de Boda. Esperando el cortejo y atentos a las voces de alegría y celebración, el resto de invitados, junto con la Damas de Honor de la Novia se unían a la procesion nupcial a lo largo del camino.
Ya que las calles eran muy oscuras, era necesario que cualquiera que transitara de noche llevara consigo una antorcha o una lámpara. El término “llevando sus lámparas” quería decir que uno estaba listo y a la expectativa de ser parte de la celebración. Algo así como haber hecho una reservación hoy en día, sin una antorcha o lámpara uno no podía unirse a la procesión ni tampoco entrar a la casa del Novio. Una vez dentro de la casa, el anfitrión de la fiesta de bodas, que generalmente era el padre del Novio, les entregaría a los invitados preciosas vestiduras que ponerse.

La Novia es llevada donde el Novio que la espera bajo un Dosel Nupcial. Las bodas judías de hoy en día todavía se celebran bajo un dosel (1), y muchas parejas que no son judías escojen casarse bajo algún tipo de lugar techado, como una pérgola o bajo algún tipo de toldo por ejemplo. Esta idea de estar a cubierto surge de las antiguas tradiciones hebreas y la cubierta sobre sus cabezas representa que la pareja está bajo la bendición de Dios.
(1) Nota

En una boda tradicional judía de hoy en día, un dosel de boda (heb. "jupá") está representado
por un paño que se sostiene sobre cuatro postes. A menudo se usa un manto de oración (talit).

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